Bromas a bordo de un avión, excesos de celo, casos descartables, muertos por alcohol confundidos con infectados. Occidente reacciona con miedo a los escasos casos en su territorio
La realidad de África está lejos de la de unas asustadas Europa y América en donde afloran miedos y alertas falsas |
La muerte de un británico por alcoholismo fue confundida el jueves con la infección. Ocurrió en Skopje, Macedonia, pero no ha sido el único caso declarado de ébola que ha terminado siendo falso o simplemente falsas alarmas.
La infección de la auxiliar española Teresa Romero y la muerte de Eric Duncan, el liberiano que enfermó al llegar a Estados Unidos y que ha dejado un reguero de posibles errores tras su muerte, ha encendido las alertas del mundo occidental, que hasta la fecha contemplaba la enfermedad, si no con desidia, al menos con poca contundencia por tratarse de un problema circunscrito a territorio africano.
No pasan 20 minutos sin que una agencia de noticias informe sobre un nuevo ingreso en algún hospital de Europa o América. La mayoría de los casos terminan en nada, pero la alerta es tal, que la semana que termina ha sido noticia aérea por varios aviones que, ante la amenaza de ébola, se han visto obligados a tomar tierra o a regresar al aeropuerto de origen. Y cinco aeropuertos de americanos han comenzado a controlar la temperatura de los pasajeros que llegan de África occidental.
Un pasajero que viajaba desde los Estados Unidos al Aeropuerto Internacional Punta Cana (República Dominicana) no tuvo mejor entretenimiento que comenzar a gritar «¡vengo de África!, tengo ébola. Todos tenéis ébola ahora» [vídeo]. Que era «una broma» solo pudieron comprobarlo en tierra, de regreso a suelo americano, cuando el pasaporte reveló que no había pisado África y que su temperatura era absolutamente normal. Un segundo avión aterrizaba en Las Vegas una hora más tarde, con dos posibles casos a bordo.
En París, un edificio quedó bajo precinto durante al menos una hora, ante el asombro de los propios vecinos. El caso de ébola resultó ser el de un inquilino al borde del desahucio, nada que ver con la enfermedad, pero las agencias no dudaron en soltar un flash informativo que llevaba la infección al centro de la capital francesa.
En Colombia, tres personas estuvieron 21 días bajo estricta vigilancia. En realidad carecían de sintoma alguno, pero habían bajado de aviones procedentes de Liberia y Sierra Leona. El titular de salud pública reconoció la carencia absoluta de fiebre, pese a lo cual, uno de los tres viajeros aún no ha dejado de estar bajo vigilancia.
También en Iberoamérica
Todavía sin descartar, el guineano Souleymane Bah, de 47 años, llegó a Brasil el 19 de septiembre, e ingresó el viernes en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Evandro Chagas de Río de Janeiro: la alerta ha provocado en el gigante iberoamericano un importante revuelo y durante estos días no han cesado las consultas, en su mayoría, carentes de toda fiabilidad...
Un avión en Las Vegas, preocupación en Alemania por el tratamiento de un médico de Naciones Unidas infectado, y alertas por doquier en España están teniendo al menos una consecuencia positiva: la liberación de fondos, la aceleración de la experimentación y la investigación para combatir la epidemia.
En España, donde el asunto ha tomado mayores visos de realidad, las bromas, bulos y falsas alertas han contribuído a crear un clima de tensión visible en la calle.
Fuente: ABC
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