El trastorno de estrés postraumático se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático (atentado, violación, asalto, secuestro, accidente, etc.), en el que está en juego la vida de las personas. Las imágenes de la situación traumática vuelven a reexperimentarse una y otra vez (flashback), en contra de la propia voluntad, a pesar del paso del tiempo, imaginándolo con todo lujo de detalles, acompañado de intensas reacciones de ansiedad (preocupación, miedo intenso, falta de control, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, etc.) Todo ello genera un fuerte estrés, agotamiento, emociones intensas, y pensamientos irracionales que aumentan la intensidad de ese estrés, del agotamiento, de las emociones intensas. El estrés postraumático se caracteriza porque se concede mucha importancia a estas imágenes y a la ansiedad que provocan. Se desarrollan muchos pensamientos relacionados con el acontecimiento traumático y con sus consecuencias.
Espacio creado con la finalidad de compartir experiencias e información sobre intervención psicológica en catástrofes, crisis, emergencias, desastres y otros acontecimientos de gran carácter traumático para un amplio sector de la población. Esta hecho y dirigido para alumnos y graduados de la Facultad de Psicología e la UNED aunque no lo consideramos como un espacio restringido a ellos.
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jueves, 10 de enero de 2013
lunes, 1 de octubre de 2012
Ejemplo de Guión para la radio sobre intervención psicológica en catastrofes
Muy bien, ya era hora que nos pusiéramos las pilas con el trabajo en este blog. Nos han afectado a todos las recientes inundaciones y como podéis ver incluso yendo algo por detrás de los acontecimientos algo de calidad si que hemos encontrado.
El hecho es que siempre vamos a remolque de los acontecimientos, más que nada porque no hemos hecho una buena planificación de acontecimientos que puedan ocurrir para ofreceros por adelantado, pero supongo que cuando llevemos varios años de publicación esto se ira solucionando en parte.
Su autor es José Ángel López Fernández y elaboro y puso este material en la página web del COP Nos vamos a poner en contacto con él por si no le parece bien que lo compartamos a través de nuestro blog. De todas formas me parece que la idea de trabajar a traves de programas de radio es muy adecuada en este tipo de catástrofes.
lunes, 12 de diciembre de 2011
Estrés Postraumático (TEPT)
Abraham Kardiner (1941) definió por primera vez de forma sistemática el TEPT y señaló que las personas que lo padecen siguen viviendo en el ambiente emocional del acontecimiento traumático. Este investigador consideró que la persistencia del reflejo de sobresalto en las personas traumatizadas constituía el elemento central de la reacción de estrés postraumático, y la relacionó con el desarrollo de irritabilidad y de sintomatología psicosomática en estos pacientes. En estudios más recientes se han comprobado científicamente estos conceptos, y se ha confirmado que tanto fisiológica como hormonalmente, las personas con TEPT siguen reaccionando frente a estímulos pequeños como si constituyeran situaciones de emergencia.
martes, 29 de noviembre de 2011
EMDR Terapia de recuerdos traumáticos
EMDR es el acrónimo del inglés que traducido significa "desensibilización y reprocesamiento por los movimientos oculares" es un abordaje psiterapeútico en el tratamiento de las dificultades emocionales causadas por experiencias difíciles en la vida del sujeto, desde fobias, ataques de pánico, muerte traumática y duelos o incidentes traumáticos en la infancia hasta accidentes y desastres naturales. También se usa EMDR para aliviar la angustia y/o la fobia de hablar en público, para mejorar el rendimiento en el trabajo, en los deportes y en las interpretaciones artísticas. EMDR como método combina elementos teórico-clínicos de orientaciones tales como el psicoanálisis, cognitivo-conductual y otras. Para muchos pacientes EMDR resulta de mayor ayuda para sus problemas que otras terapias convencionales. En 1987, Francine Shapiro, psicóloga norteamericana, descubrió que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos.
Estres Postraumático (TEPT) Historia
El trastorno de estrés postraumático se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático (atentado, violación, asalto, secuestro, accidente, etc.), en el que está en juego la vida de las personas. Las imágenes de la situación traumática vuelven a reexperimentarse una y otra vez (flashback), en contra de la propia voluntad, a pesar del paso del tiempo, imaginándolo con todo lujo de detalles, acompañado de intensas reacciones de ansiedad (preocupación, miedo intenso, falta de control, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, etc.) Todo ello genera un fuerte estrés, agotamiento, emociones intensas, y pensamientos irracionales que aumentan la intensidad de ese estrés, del agotamiento, de las emociones intensas,...
martes, 8 de noviembre de 2011
Estres Postraumático: MDMA Terapeutico
Varios estudios médicos han investigado los posibles beneficios del MDMA para tratar determinadas patologías, como por ejemplo el trastorno por estrés postraumático, o uno de los trastorno psicológicos contra el que los médicos y científicos llevan luchando desde hace mucho tiempo. Pues bien, ahora un nuevo estudio ha dejado meridianamente claro que el éxtasis alivia los síntomas. Para el estudio la Multidisciplinary Association of Psychedelic Studies seleccionó a 21 pacientes con TEPT grave que no habían mejorado mediante los tratamientos habituales, 13 de los cuales fueron tratados con MDMA (y charlas con un psicólogo) y los otros 8 restantes no tomaron nada (bueno sí, placebos, y también recibieron terapia como los demás). Los resultados fueron aplastantes. Transcurridos dos meses examinaron a los participantes del estudio: los 13 que habían sido tratados con MDMA (3/4 sesiones) mejoraron de manera muy significativa, mientras que los del grupo de control no notaron mejoría.
sábado, 22 de octubre de 2011
Paralizados por el miedo: Estrés y Cerebro en Catastrofes
El estado de alarma es el primero y el más importante, se presenta cuando suena la llamada selectiva de la central de alarma en el caso de los bomberos, cuando se da la alarma respectiva en el caso de los hospitales o la convocatoria para las brigadas de Defensa Civil, o la llamada de intervención de Radio Patrulla para la policía; en este momento se activa el sistema del estres en todo nuestro organismo, es un estado de movilización generalizado de todas nuestras reservas de energía. Uno de los primeros cambios es el incremento en la secreción de la hormona adenocorticotrofina (ACTH). ¿Como funciona este sistema en las catástrofes y hasta que punto nos puede salvar la vida?
domingo, 1 de mayo de 2011
Tratamiento del Trauma: La experiencia en Chile tras el terremoto y maremoto en la región de Maule
Programa de radio de la UNED sobre las experiencias en el tratamiento del estres postraumático después de el terremoto y maremoto que afecto a Chile.
domingo, 13 de febrero de 2011
Borrando los recuerdos traumáticos
El Propanolol es una fármaco que se esta utilizando para tratar los recuerdos generados por el estres prostraumático y por lo tanto las lineas de investigación que se abren en la farmacología del recuerdo puede ser muy interesante para tratar a la gente que ha experimentado una situación traumatizante.
Su administración y la forma en la que se ha de realizar el tratamiento psicológica ofrece la posibilidad de modular los recuerdos traumáticos transformandolos de forma que estos sean percibidos de una forma más positiva por los que los experimentan y ayudando considerablemente en su tratamiento. Ofreceremos más información sobre el mismo tema en siguientes entradas.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
El impacto del trauma a través de generaciones
Psicología Positiva UNED: El impacto del trauma a través de generaciones:
La entrada ha sido publicada tambien en otro de los blogs que estoy editando pero me parece que algunos de los contenidos que aquí se muestran pueden ser de utilidad cuando hacemos Intervención Psicológica en Catástrofes y es por este motivo que la pongo entera para que quede como material de consulta en casos de necesidad.
Los grupos de personas que han vivido situaciones extremas y sufren de Estrés Postraumático (como aquellos que han sobrevivido a los campos de concentración) son objeto de interés desde el punto de vista psicológico; no solo por sus problemáticas en el orden psíquico, que pueden ser perfectamente explicadas por sus vivencias, sino porque dan lugar a lo que algunos especialistas han denominado: “la Segunda Generación”.
De hecho, existen múltiples estudios donde se evidencia que muchos de los síntomas del Estrés Postraumático son más comunes en los hijos de las personas que han vivido experiencias límites que en el resto de la población. Así, los psicólogos concluyen que existe una transmisión transgeneracional (padres-hijos) de estas consecuencias psicológicas y formas de enfrentar el estrés.
Uno de los estudios más concluyentes al respecto fue realizado en Israel y publicado hace poco en laAmerican Journal of Psychiatry. Se evaluaron un total de 106 mujeres con cáncer de mama (hijas de víctimas del Holocausto fascista), comparándolas con 102 féminas cuyos padres “supuestamente” no sufrieron ninguna vivencia especialmente traumática.
Controlando variables como la edad, el nivel escolar, el estado civil y la situación económica se apreció que las hijas de las personas que sobrevivieron al Holocausto eran particularmente vulnerables al distrés y reaccionaban a su enfermedad de forma más negativa que el resto de las féminas que participaron en la investigación. Así, se comprobó que la Segunda Generación presentaba menos recursos para lidiar con la enfermedad y las situaciones estresantes en comparación con el resto de las participantes.
Las explicaciones a este fenómeno son muy variadas, Mandler, en el año 1980, hipotetizaba que las emociones desempeñan un papel adaptativo positivo (para lo cual sería necesario un determinado aprendizaje) o al contrario, pueden convertirse en una gran fuente de distrés, sobre todo en los casos en los cuales sabemos que no podemos hacer nada para evitar las situaciones negativas. Esta convicción de ausencia de control se vive con una gran ansiedad y fuertes sentimientos de indefensión.
Según esta teoría, los hijos de las personas con Estrés Postraumático aprendieron (o adquirieron) de sus padres una emocionalidad peculiar para lidiar con las situaciones estresantes que los conduce a comportamientos desadaptativos matizados por una sensación de indefensión.
Otro factor interesante que surgió de este estudio fue el hecho de que las personas cuyos padres estaban vivos, reportaban mayores niveles de ideas intrusivas en comparación con aquellas personas cuyos padres estaban muertos. De hecho, esta situación ya había sido descubierta en el año 1998 por Yehuda, cuando éste halló que la severidad de los síntomas de la Segunda Generación mostraba una correspondencia lineal con la severidad de los síntomas manifestados por los padres aún con vida.
Estos resultados han conducido a muchos psicólogos a la idea de que el ambiente familiar en el cual ha crecido esta Segunda Generación es el verdadero responsable de sus formas de lidiar con el estrés.
Pero recientemente investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zurich y del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge proveen nuevas evidencias sobre el impacto del trauma a través de las generaciones y lo relacionan con cambios genéticos; si bien puntualizan que se debe a la transformación de cierto patrón en la expresión de los genes, sin que ello conduzca a una variación en la secuencia del ADN.
Estos investigadores sustentan su análisis en los resultados hallados a partir de experimentos con ratones sometidos a la separación brusca de la madre cuando aún tenían pocos días de vida. Así, los científicos hallaron que el estrés en etapas tempranas de la vida produce síntomas depresivos y una respuesta comportamental aversiva frente a los más diversos ambientes.
Lo más sorprendente fue que esta alteración también fue hallada en los hijos de los machos que habían sido sometidos al estrés de la separación; si bien estos habían sido criados en un ambiente “normal”. Pero un descubrimiento aún más asombroso les esperaba a los investigadores: el perfil del ADN de los padres transmitido a través de la esperma se había alterado; mostrándose en el perfil de los hijos.
Así, estos científicos hipotetizan que quizás pueda suceder lo mismo en las personas; transmitiéndose de manera genética las respuestas aversivas que se han desarrollado como consecuencia de un trauma muy fuerte. Por supuesto, aún falta mucho camino antes de que esta teoría sea comprobada, bien sabemos que los seres humanos poseemos un arsenal de técnicas mucho más rico que los roedores para luchar contra el estrés, de manera que esta línea directa podría no ser tan evidente. No obstante, igualmente los resultados dejan mucho espacio a la reflexión.
Particularmente considero que el intento de absolutizar y apostar por una sola causa (también para explicar el efecto de la Segunda Generación) solo puede conducir a una comprensión simplificada de un fenómeno mucho más complejo. El ser humano es una conjunción de factores genéticos y ambientales que cristalizan a través de sus peculiaridades psicológicas. Así, es muy probable que los estilos educativos que asumen los padres que han pasado por una situación altamente tensionante contribuyan al aprendizaje de emociones y estilos de afrontamiento inadecuados que pueden ser potenciados por cierta base genética; no obstante, no debemos olvidar que la persona tiene la capacidad de autorregularse y cambiarse a sí misma y a su entorno, por lo cual, el efecto de la Segunda Generación no tiene por qué convertirse en una sentencia de por vida.
Fuentes:
- Franklin, T. B. et. Al. (2010) Epigenetic Transmission of the Impact of Early Stress Across Generations. Biological Psychiatry; 68 (5): 408.
- Baider, L. et. Al. (2000) Transmission of Response to Trauma? Second-Generation Holocaust Survivors’ Reaction to Cancer. American Journal of Psychiatry; 157: 904-910.
- Yehuda, R. et. Al. (1998) Relationship between posttraumatic stress disorder characteristics of Holocaust survivors and their adult offspring. American Journal of Psychiatry; 155: 841–843.
- Mandler, G. (1980) The generation of emotion: a psychological theory. En: Emotions: Theory, Research and Experience, vol 1. New York: Academic Press, 219–236.
Articulo publicado originalmente en Rincón de la Psicología:
viernes, 3 de diciembre de 2010
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
No aporta mucha información sobre lo que hemos tratado en las entradas anteriores acerca del tema del trastorno por estrés postraumático pero al estar dentro de una presentación de diapositivas bastante condensada nos puede ser muy útil para que lo repasemos con rapidez o para bajarla y utilizarla en alguna sesión de formación sobre el tema a personal que lo pueda necesitar en servicios de emergencia.
Atención psicosocial en desastres
Es un trabajo bastante completo de un servicio de atención a afectados colombiano que nos da unas pautas bastante bien estructuradas sobre la forma en la que deberíamos de realizar una intervención psicosocial en casos de desastres.
Estrés postraumático: Tratamiento
INTRODUCCIÓN
El inicio de cualquier tratamiento requiere:
- Una valoración diagnóstica precisa
- Un conocimiento exhaustivo de los factores implicados en el origen y desarrollo del problema: antecedentes, factores desencadenasteis, factores predisposicionales, factores de mantenimiento, soluciones intentadas, etc.
- Un conocimiento suficiente del paciente y sus circunstancias: grado de deterioro de la salud y el bienestar, incapacitación e interferencias en planes de acción o estatus significativos para la persona, recursos personales, atribución de capacidad y eficacia, rasgos destacados de la personalidad y del sistema de valores, estado emocional general, etc.
- La formulación de un esquema explicativo que identifique las variables más relevantes del caso, las relaciones críticas entre ellas, y el proceso que han ido siguiendo a lo largo del tiempo.
- El establecimiento de una relación adecuada entre el paciente y el especialista que les permita trabajar juntos de manera eficiente: reconocimiento mutua, comunicación eficaz, confidencialidad, seguimiento de prescripciones etc.
- Finalmente, en función de todo lo anterior, el establecimiento de unos objetivos evaluables y unos medios convenientemente ordenados y secuenciados. Estos últimos, los medios y su despliegue, en función de la demanda formulada por el paciente, son los que constituyen el tratamiento propiamente dicho.
La intervención terapéutica conjuga, normalmente, tratamientos específicos, en función del diagnóstico principal, con otros de carácter más general o contextual, en función de las características personales y circunstancias del paciente. Normalmente, las primeras intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla.
Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la recuperación de la salud, si se ha perdido, aspectos relacionados con la prevención , y aspectos relacionados con el desarrollo personal del paciente que de un modo u otro tienen que ver con lo que le pasa.
Normalmente, al inicio del tratamiento, se acude a consulta una vez por semana. Cuando el tratamiento está mínimamente encauzado, se espacían las visitas, efectuándose habitualmente a razón de una visista cada 15 días.
TRATAMIENTOS ESPECIFICOS DEL ESTRES POSTRAUMÁTICO
Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico del estrés postraumático son los basados en procedimientos cognitivo-conductuales, si bien es un ámbito en el que se requiere mucha más investigación. Se ha de tener en cuenta, no obstante, que el tratamiento puede presentar diferencias ostensibles de un caso a otro, no sólo, como es natural, en función de las características de las personas, sino también en función de los hechos traumáticos desencadenates: no produce los mismos efectos una agresión sexual, que una catástrofe naturale, o el choque de dos trenes. He aquí una relación de aquellas técnicas consideradas más efectivas:
- Disposición de recursos de contención: que lleven al pacientes a sentirse atendido y entendido, expresarse libremente, o poder depositar, y en cierto modo descargarse,sus miedos o inquietudes.
- EMDR: La Desensibilización y Reproceso por el Movimiento de los Ojos. La aplicación de esta técnica parte de la premisa, para el Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD), de que la ansiedad se debe a que la información acerca del evento traumático permanece sin haber sido procesada, manteniendo bloqueados las cogniciones, conductas y sentimientos acerca del evento. La EMDR facilitaría el reprocesamiento del recuerdo traumático, mediante la reconstrucción cognitiva del evento, asociada a la inducción en el paciente de movimientos oculares sacádicos, y otras formas de estimulación bilateral.
- Información al paciente sobre la naturaleza del estrés postraumatico: mecanismos básicos, funcionalidad y disfuncionalidad, explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento, emoción y acción.
- Medicación: normalmente en combinación y como apoyo del tratamiento psicológico. Los medicamentos que hasta la fecha han demostrado una mayor eficacia, tanto en el periodo inicila de estrés agudo, como posteriormente, son los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) y los antagonistas de receptores 5-HT2 (nefazodona). El tratamiento farmacológico ha de estar siempre prescrito y supervisado por el médico.
- Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes: utilizados por el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la solución, sino al mantenimiento del problema. Para más información sobre estos procedimientos puede consultarse el apartado Ir de mal en peor del menú de la izquierda.
- Entrenamiento en relajación: respiración diafragmática lenta y relajación muscular progresiva.
- Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas, normalmente de forma imaginaria: La exposición en un primer momento activa el miedo presente en los recuerdos traumáticos, después permite al paciente tener una experiencia correctora en ausencia de consecuencias aversivas.
- Técnicas cognitivas: reestructuración interpretaciones catastróficas, control pensamientos automáticos,manejo de la culpabilidad, sobreestimación de la probabilidad de ocurrencia de un hecho negativo. Para favorecer estos cambios es frecuente utilizar ejercicios extructurados,"experiementos conductuales", cuestionamiento de hipótesis mediante "diálogo socrático" o contrastes con la evidencia, etc.
- Optimización de los apoyos sociales y afectivos. Comunicación de los hechos y vivencias traumáticas
- Desarrollo de habilidades de afrontamiento para situaciones específicas. Poner el acento en lo que se quiere que pase, más que en evitar lo que no se desea que ocurra, en una situación dada- Grupos y o materiales de autoayuda, como complemento de la terapia.
Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el tratamiento del estrés postraumático. Se ha de tener en cuenta no obstante, que estos trastornos pueden venir asociados a otros problemas, que requieren también un abordaje, en el contexto de un tratamiento integrado y convenientemente articulado. El tratamiento, en rigor, no lo es del estrés postraumático , sino de la persona que lo padece, en ralación, naturalmente, con la demanda que efectúa.
Los tratamientos suelen desarrollarse individualmente, aunque en algunos en ocasiones, en función del caso y del momento,puede estar indicada la terapia grupal. La duración de los tratamientos oscila normalmente entre seis meses y un año, si bien en algunos casos pueden ser más largos, dado que algunos casos se cronifican.
Los manifestaciones de estrés postraumático suelen aprecer varias semanas después de la ocurrencia de los hechos desencadenantes. Diversos estudios indican que si, en ese periodo previo, los afectados reciben asistencia, se reduce drásticamente la posibilidad de desarrollar el trastorno.
Algunas referencias bibliográficas sobre tratamientos del estrés postraumático:
- Astin,M.C.y Resick, V.E. (1997): Tratamiento cognitivo- conductual del tratorno de estrés postraraumático. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos
- Shapiro F. (1995): Eye movement desensitization and reprocessing: Basic Principles, protocols and procedures. New York: Guillford Press.
- Bobes, J.; Bousoño, M.; Calcedo,A y Gonzélez,M.P. (2000). Trastorno de estres postraumático.Barcelona: Masson.
- Foa, E. Keane,T. y Friedman,M. (2003).Tratamiento del estrés Postraumático. Barcelona: Ariel.
- Shapiro F. (1995): Eye movement desensitization and reprocessing: Basic Principles, protocols and procedures. New York: Guillford Press.
- Stahl,S.M.(1998).Psicofarmacología esencial. Barcelona: Ariel.
- Directrices Internacionales de Tratamiento para el Estrés Postraumatico. The Expert Consensus Guideline Series: Guías de actuación propuestas por Comités Internacionales de Expertos. Están pensadas para especialistas, pero incluyen un apartado para pacientes y familiares. En inglés.
- Eficacia de los tratamiento psicológicos: Documento de la Sociedad Española para el avance de la Psicología Clínica y de la Salud. Siglo XXI. Noviembre de 2002.
Estrés postraumático: Diagnostico diferencial
El diagnóstico diferencial sirve para hacer una correcta valoración de una enfermedad con respecto a otras parecidas, con las que pudiera confundirse o solaparse. Es una valoración clínica que corresponde exclusivamente a los especialistas, en ningún caso a los pacientes. En muchos casos requiere de pruebas y exploraciones complementarias que han de solicitarse a los servicios médicos pertinentes en cada caso.
El diagnóstico diferencial del Trastorno por Estrés Postraumático ha de hacerse respecto a:
- TRASTORNO ADAPTATIVO: se usa este diagnóstico cuando se dan los mismos síntomas que en el trastorno por estrés postraumático pero no son debidos a un muy grave acontecimiento. También cuando dándose un grave acontecimiento, no ocurre el cuadro de síntomas típico del TEP.
- SÍNTOMAS DE EVITACIÓN, EMBOTAMIENTO AFECTIVO Y AUMENTO DE LA ACTIVACIÓN PREVIOS AL ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO: se deben a otros trastornos ya presentes antes del suceso estresante.
- APARICIÓN DE OTROS TRASTORNOS MENTALES POR LA EXPOSICIÓN AL ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO: entonces se reunirían los criterios para trastornos como el trastorno psicótico breve, el trastorno de conversión, el trastorno depresivo mayor u otros. No obstante, si también se cumplen los criterios para el TEP se harían ambos diagnósticos.
- TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO: el cuadro de síntomas aparece y desaparece en las 4 semanas siguientes al suceso traumático. Si persiste más de un mes y se dan los síntomas característicos del TEP, el diagnóstico será el de TEP.
- TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO: también hay pensamientos intrusos y recurrentes, pero son reconocidos como inapropiados y no se relacionan con ningún acontecimiento traumático.
- ILUSIONES, ALUCINACIONES Y OTRAS ALTERACIONES PERCEPTIVAS EN OTROS TRASTORNOS MENTALES: dichos trastornos mentales serían la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, el delirium, trastornos relacionados con sustancias y trastornos psicóticos por enfermedad médica.
- SIMULACIÓN: se fingen los síntomas para obtener beneficios materiales, laborales, legales o de otro tipo.
Referencias
- First,M; Frances, A.; Pincus H.A. (1999). DSM-IV: Manual de diagnóstico diferencial. Barcelona. Ed. Masson
- First,M; Frances, A.; Pincus H.A. (2002). DSM-IV: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona. Ed. Masson
- Talbott,J.A.;Hales,R.E. y Yudofsky,S.C.(1989): Tratado de Psiquiatría. Barcelona: Áncora.
Estrés postraumático: Criterios diagnósticos según las clasificaciones internacionales
Para efectuar el diagnóstico de Trastorno de Estrés Postraumático (TEP), los especialistas se basan en los criterios diagnósticos del DSM-IV o del CIE-10, dos clasificaciones de las enfermedades consensuadas por especialistas de diferentes nacionalidades y reconocido prestigio.
Recuerde, no obstante, que usted no puede, ni debe, auto-diagnosticarse. Sólo un profesional de la salud experto está en condiciones de hacerlo con rigor y fiabilidad. Cuando una persona está preocupada por su salud o normalidad suele identificarse con síntomas o enfermedades que no tiene, o confundirlos con otras posibles.
CRITERIOS DEL DSM-IV PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEP) . Fuente AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION
A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido 1 y 2:
- la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás
- la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados
B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas:
- recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma
- sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible
- el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico
- malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
- respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
- esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
- esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma
- incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
- reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas
- sensación de desapego o enajenación frente a los demás
- restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor)
- sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal)
D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
- dificultades para conciliar o mantener el sueño
- irritabilidad o ataques de ira
- dificultades para concentrarse
- hipervigilancia
- respuestas exageradas de sobresalto
E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.
F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Especificar si:
- Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses
- Crónico: si los síntomas duran 3 meses o más.
Especificar si:
- De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas han pasado como mínimo 6 meses.
CRITERIOS DEL CIE-10 PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO Fuente: ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el mundo (por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una violación o de otro crimen).
Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o antecedentes de enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores predisponentes y hacer que descienda el umbral para la aparición del síndrome o para agravar su curso, pero estos factores no son necesarios ni suficientes para explicar la aparición del mismo.
Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son: episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de "entumecimiento" y embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma.
En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la vez.
Por lo general, hay un estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, un incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas se acompañan de ansiedad y de depresión y no son raras las ideaciones suicidas. El consumo excesivo de sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor agravante.
El comienzo sigue al trauma con un período de latencia cuya duración varía desde unas pocas semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses). El curso es fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los casos. En una pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener durante muchos años un curso crónico y evolución hacia una transformación persistente de la personalidad.
Pautas para el diagnóstico
Este trastorno no debe ser diagnosticado a menos que no esté totalmente claro que ha aparecido dentro de los seis meses posteriores a un hecho traumático de excepcional intensidad. Un diagnostico "probable" podría aún ser posible si el lapso entre el hecho y el comienzo de los síntomas es mayor de seis meses, con tal de que las manifestaciones clínicas sean típicas y no sea verosímil ningún otro diagnóstico alternativo (por ejemplo, trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o episodio depresivo). Además del trauma, deben estar presentes evocaciones o representaciones del acontecimiento en forma de recuerdos o imágenes durante la vigilia o de ensueños reiterados. También suelen estar presentes, pero no son esenciales para el diagnóstico, desapego emocional claro, con embotamiento afectivo y la evitación de estímulos que podrían reavivar el recuerdo del trauma. Los síntomas vegetativos, los trastornos del estado de ánimo y el comportamiento anormal contribuyen también al diagnóstico, pero no son de importancia capital para el mismo.
Estrés postraumático: Una presentación del problema
"...Fui violada a los 25 años. Durante mucho tiempo hablé de esa violación a un nivel intelectual, como si fuera algo que le hubiera pasado a otra persona. Yo sabía muy bien que me había pasado a mí, pero sencillamente no tenia esa sensación. Durante un tiempo me saqué el bulto de encima...
...Posteriormente, empecé a tener recuerdos retrospectivos. Me llegaban como un golpe de agua. Estaba aterrorizada. Repentinamente comencé a revivir la violación. Cada momento era sobrecogedor. Sentía que mi cabeza se movía un poco, sacudiéndose, pero eso no era verdad. Me sofocaba o se me secaba la boca y mi respiración cambiaba. Estaba como suspendida. No sentía el cojín sobre el cual estaba sentada o que mi brazo estaba tocando un mueble. Parecía estar dentro de una burbuja como si flotara. Era de dar miedo... "
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es una condición debilitante que sigue a un evento de terror. Frecuentemente, las personas que sufren de TEPT tienen persistentemente recuerdos y pensamientos espantosos de su experiencia y se sienten emocionalmente paralizadas, especialmente respecto de personas que antes estuvieron cerca de ella. El TEPT, conocido antes como sobresalto por proyectil o fatiga de batalla debido a que se diagnosticó iniacialmente a veteranos de guerra, puede ser el resultado de diversos incidentes traumáticos: rapto, graves accidentes como choques de automóviles o de trenes, desastres naturales como inundaciones o temblores, ataques violentos tales como asaltos, violaciones o tortura, etc. El evento que desata este trastorno puede ser algo que amenace la vida de esa persona o la vida de alguien cercano a ella. O bien, puede ser algo que vio, como por ejemplo la destrucción en masa después de la caída de un aeroplano.
Cualquiera que sea la razón del problema, algunas personas con TEPT vuelven a vivir repetidamente el trauma en forma de pesadillas y recuerdos inquietantes durante el día. Pueden también experimentar problemas de sueño, depresión, sensación de indiferencia o de entumecimiento o se sobresaltan fácilmente. Pueden perder el interés en cosas que antes les causaban alegría y les cuesta trabajo sentir afecto. Es posible que se sientan irritables, más agresivas que antes o hasta violentas. Ver cosas que les recuerdan el incidente puede ser molesto, lo que podría hacerles evitar ciertos lugares o situaciones que les traigan a la mente esas memorias. Los aniversarios de lo que sucedió frecuentemente son muy difíciles.
Sucesos ordinarios pueden servir de recordatorios del trauma y ocasionar recuerdos inquietantes o imágenes intrusas.
El TEP puede presentarse en cualquier edad, incluyendo la niñez. El trastorno puede venir acompañado de depresión, de abuso de substancias químicas o de ansiedad. Los síntomas pueden ser ligeros o graves; las personas pueden irritarse fácilmente o tener violentos arranques de cólera o de mal humor. En casos severos, los afectados pueden tener dificultad para trabajar o para relacionarse. En general, los síntomas pueden ser peores si el evento que los ocasiona fue obra de una persona, como en el caso de violación, en comparación con hechos de origen natural como es una inundación.
Un recuerdo retrospectivo puede hacer que la persona pierda contacto con la realidad y vuelva a vivir el evento durante un período de unos segundos o por horas o, muy raramente, por días. Una persona que tiene recuerdos retrospectivos, que pueden presentarse en forma de imágenes, sonidos, olores o sensaciones, generalmente cree que el evento traumático está volviendo a repetirse.
No todas las personas traumatizadas sufren un verdadero caso de TEPT o incluso algunas no lo experimentan en absoluto. Se diagnostica TEPt únicamente si los síntomas duran más de un mes. En aquellas personas que tienen TEPT, los síntomas generalmente comienzan tres meses después del trauma y el curso de la enfermedad es variable. Hay quienes se recuperan dentro de los siguientes 6 meses; a otros, los síntomas les duran mucho más tiempo. Algunos casos pueden cronificarse. Ocasionalmente, la enfermedad no se detecta hasta varios años después del evento traumático.
Los medicamentos antidepresivos y los que se recetan para aminorar la ansiedad, pueden disminuir los síntomas de la depresión y los problemas de sueño; y la psicoterapia, incluyendo la terapia Cognitivo-conductual, forman parte integral del tratamiento. En ocasiones el exponerse a lo que el trauma recuerda, como parte de la terapia, por ejemplo, regresar a la escena de una violación, puede ayudar. Además, el apoyo de los familiares y amistades puede agilizar la recuperación.
(Esta información sobre Estrés Postraumático procede del National Institute of Mental Health)
Referencias para saber más:
- Bobes, J.; Bousoño, M.; Calcedo,A y Gonzélez,M.P. (2000). Trastorno de estres postraumático.Barcelona: Masson
- Astin,M.C.y Resick, V.E. (1997): Tratamiento cognitivo- conductual del tratorno de estrés postraraumático. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos.
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