miércoles, 29 de diciembre de 2010

El impacto del trauma a través de generaciones

Psicología Positiva UNED: El impacto del trauma a través de generaciones:
La entrada ha sido publicada tambien en otro de los blogs que estoy editando pero me parece que algunos de los contenidos que aquí se muestran pueden ser de utilidad cuando hacemos Intervención Psicológica en Catástrofes y es por este motivo que la pongo entera para que quede como material de consulta en casos de necesidad.



Los grupos de personas que han vivido situaciones extremas y sufren de Estrés Postraumático (como aquellos que han sobrevivido a los campos de concentración) son objeto de interés desde el punto de vista psicológico; no solo por sus problemáticas en el orden psíquico, que pueden ser perfectamente explicadas por sus vivencias, sino porque dan lugar a lo que algunos especialistas han denominado: “la Segunda Generación”.
De hecho, existen múltiples estudios donde se evidencia que muchos de los síntomas del Estrés Postraumático son más comunes en los hijos de las personas que han vivido experiencias límites que en el resto de la población. Así, los psicólogos concluyen que existe una transmisión transgeneracional (padres-hijos) de estas consecuencias psicológicas y formas de enfrentar el estrés.
Uno de los estudios más concluyentes al respecto fue realizado en Israel y publicado hace poco en laAmerican Journal of Psychiatry. Se evaluaron un total de 106 mujeres con cáncer de mama (hijas de víctimas del Holocausto fascista), comparándolas con 102 féminas cuyos padres “supuestamente” no sufrieron ninguna vivencia especialmente traumática.
Controlando variables como la edad, el nivel escolar, el estado civil y la situación económica se apreció que las hijas de las personas que sobrevivieron al Holocausto eran particularmente vulnerables al distrés y reaccionaban a su enfermedad de forma más negativa que el resto de las féminas que participaron en la investigación. Así, se comprobó que la Segunda Generación presentaba menos recursos para lidiar con la enfermedad y las situaciones estresantes en comparación con el resto de las participantes.
Las explicaciones a este fenómeno son muy variadas, Mandler, en el año 1980, hipotetizaba que las emociones desempeñan un papel adaptativo positivo (para lo cual sería necesario un determinado aprendizaje) o al contrario, pueden convertirse en una gran fuente de distrés, sobre todo en los casos en los cuales sabemos que no podemos hacer nada para evitar las situaciones negativas. Esta convicción de ausencia de control se vive con una gran ansiedad y fuertes sentimientos de indefensión.
Según esta teoría, los hijos de las personas con Estrés Postraumático aprendieron (o adquirieron) de sus padres una emocionalidad peculiar para lidiar con las situaciones estresantes que los conduce a comportamientos desadaptativos matizados por una sensación de indefensión.
Otro factor interesante que surgió de este estudio fue el hecho de que las personas cuyos padres estaban vivos, reportaban mayores niveles de ideas intrusivas en comparación con aquellas personas cuyos padres estaban muertos. De hecho, esta situación ya había sido descubierta en el año 1998 por Yehuda, cuando éste halló que la severidad de los síntomas de la Segunda Generación mostraba una correspondencia lineal con la severidad de los síntomas manifestados por los padres aún con vida.
Estos resultados han conducido a muchos psicólogos a la idea de que el ambiente familiar en el cual ha crecido esta Segunda Generación es el verdadero responsable de sus formas de lidiar con el estrés.
Pero recientemente investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zurich y del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge proveen nuevas evidencias sobre el impacto del trauma a través de las generaciones y lo relacionan con cambios genéticos; si bien puntualizan que se debe a la transformación de cierto patrón en la expresión de los genes, sin que ello conduzca a una variación en la secuencia del ADN.
Estos investigadores sustentan su análisis en los resultados hallados a partir de experimentos con ratones sometidos a la separación brusca de la madre cuando aún tenían pocos días de vida. Así, los científicos hallaron que el estrés en etapas tempranas de la vida produce síntomas depresivos y una respuesta comportamental aversiva frente a los más diversos ambientes.
Lo más sorprendente fue que esta alteración también fue hallada en los hijos de los machos que habían sido sometidos al estrés de la separación; si bien estos habían sido criados en un ambiente “normal”. Pero un descubrimiento aún más asombroso les esperaba a los investigadores: el perfil del ADN de los padres transmitido a través de la esperma se había alterado; mostrándose en el perfil de los hijos.
Así, estos científicos hipotetizan que quizás pueda suceder lo mismo en las personas; transmitiéndose de manera genética las respuestas aversivas que se han desarrollado como consecuencia de un trauma muy fuerte. Por supuesto, aún falta mucho camino antes de que esta teoría sea comprobada, bien sabemos que los seres humanos poseemos un arsenal de técnicas mucho más rico que los roedores para luchar contra el estrés, de manera que esta línea directa podría no ser tan evidente. No obstante, igualmente los resultados dejan mucho espacio a la reflexión.
Particularmente considero que el intento de absolutizar y apostar por una sola causa (también para explicar el efecto de la Segunda Generación) solo puede conducir a una comprensión simplificada de un fenómeno mucho más complejo. El ser humano es una conjunción de factores genéticos y ambientales que cristalizan a través de sus peculiaridades psicológicas. Así, es muy probable que los estilos educativos que asumen los padres que han pasado por una situación altamente tensionante contribuyan al aprendizaje de emociones y estilos de afrontamiento inadecuados que pueden ser potenciados por cierta base genética; no obstante, no debemos olvidar que la persona tiene la capacidad de autorregularse y cambiarse a sí misma y a su entorno, por lo cual, el efecto de la Segunda Generación no tiene por qué convertirse en una sentencia de por vida.

Fuentes:
  • Franklin, T. B. et. Al. (2010) Epigenetic Transmission of the Impact of Early Stress Across Generations. Biological Psychiatry; 68 (5): 408.
  • Baider, L. et. Al. (2000) Transmission of Response to Trauma? Second-Generation Holocaust Survivors’ Reaction to Cancer. American Journal of Psychiatry; 157: 904-910.
  • Yehuda, R. et. Al. (1998) Relationship between posttraumatic stress disorder characteristics of Holocaust survivors and their adult offspring. American Journal of Psychiatry; 155: 841–843.
  • Mandler, G. (1980) The generation of emotion: a psychological theory. En: Emotions: Theory, Research and Experience, vol 1. New York: Academic Press, 219–236.

Articulo publicado originalmente en Rincón de la Psicología:

viernes, 3 de diciembre de 2010

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)


No aporta mucha información sobre lo que hemos tratado en las entradas anteriores acerca del tema del trastorno por estrés postraumático pero al estar dentro de una presentación de diapositivas bastante condensada nos puede ser muy útil para que lo repasemos con rapidez o para bajarla y utilizarla en alguna sesión de formación sobre el tema a personal que lo pueda necesitar en servicios de emergencia.

Atención psicosocial en desastres


Es un trabajo bastante completo de un servicio de atención a afectados colombiano que nos da unas pautas bastante bien estructuradas sobre la forma en la que deberíamos de realizar una intervención psicosocial en casos de desastres.

Estrés postraumático: Tratamiento


INTRODUCCIÓN

El inicio de cualquier tratamiento requiere:
  • Una valoración diagnóstica precisa
  • Un conocimiento exhaustivo de los factores implicados en el origen y desarrollo del problema: antecedentes, factores desencadenasteis, factores predisposicionales, factores de mantenimiento, soluciones intentadas, etc.
  • Un conocimiento suficiente del paciente y sus circunstancias: grado de deterioro de la salud y el bienestar, incapacitación e interferencias en planes de acción o estatus significativos para la persona, recursos personales, atribución de capacidad y eficacia, rasgos destacados de la personalidad y del sistema de valores, estado emocional general, etc.
  • La formulación de un esquema explicativo que identifique las variables más relevantes del caso, las relaciones críticas entre ellas, y el proceso que han ido siguiendo a lo largo del tiempo.
  • El establecimiento de una relación adecuada entre el paciente y el especialista que les permita trabajar juntos de manera eficiente: reconocimiento mutua, comunicación eficaz, confidencialidad, seguimiento de prescripciones etc.
  • Finalmente, en función de todo lo anterior, el establecimiento de unos objetivos evaluables y unos medios convenientemente ordenados y secuenciados. Estos últimos, los medios y su despliegue, en función de la demanda formulada por el paciente, son los que constituyen el tratamiento propiamente dicho.
La intervención terapéutica conjuga, normalmente, tratamientos específicos, en función del diagnóstico principal, con otros de carácter más general o contextual, en función de las características personales y circunstancias del paciente. Normalmente, las primeras intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla. 
Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la recuperación de la salud, si se ha perdido, aspectos relacionados con la prevención , y aspectos relacionados con el desarrollo personal del paciente que de un modo u otro tienen que ver con lo que le pasa.
Normalmente, al inicio del tratamiento, se acude a consulta una vez por semana. Cuando el tratamiento está mínimamente encauzado, se espacían las visitas, efectuándose habitualmente a razón de una visista cada 15 días.

TRATAMIENTOS ESPECIFICOS DEL ESTRES POSTRAUMÁTICO

Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico del estrés postraumático son los basados en procedimientos cognitivo-conductuales, si bien es un ámbito en el que se requiere mucha más investigación. Se ha de tener en cuenta, no obstante, que el tratamiento puede presentar diferencias ostensibles de un caso a otro, no sólo, como es natural, en función de las características de las personas, sino también en función de los hechos traumáticos desencadenates: no produce los mismos efectos una agresión sexual, que una catástrofe naturale, o el choque de dos trenes. He aquí una relación de aquellas técnicas consideradas más efectivas:
  • Disposición de recursos de contención: que lleven al pacientes a sentirse atendido y entendido, expresarse libremente, o poder depositar, y en cierto modo descargarse,sus miedos o inquietudes.
  • EMDR: La Desensibilización y Reproceso por el Movimiento de los Ojos. La aplicación de esta técnica parte de la premisa, para el Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD), de que la ansiedad se debe a que la información acerca del evento traumático permanece sin haber sido procesada, manteniendo bloqueados las cogniciones, conductas y sentimientos acerca del evento. La EMDR facilitaría el reprocesamiento del recuerdo traumático, mediante la reconstrucción cognitiva del evento, asociada a la inducción en el paciente de movimientos oculares sacádicos, y otras formas de estimulación bilateral. 
  • Información al paciente sobre la naturaleza del estrés postraumatico: mecanismos básicos, funcionalidad y disfuncionalidad, explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento, emoción y acción.
  • Medicación: normalmente en combinación y como apoyo del tratamiento psicológico. Los medicamentos que hasta la fecha han demostrado una mayor eficacia, tanto en el periodo inicila de estrés agudo, como posteriormente, son los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) y los antagonistas de receptores 5-HT2 (nefazodona). El tratamiento farmacológico ha de estar siempre prescrito y supervisado por el médico.
  • Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes: utilizados por el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la solución, sino al mantenimiento del problema. Para más información sobre estos procedimientos puede consultarse el apartado Ir de mal en peor del menú de la izquierda.
  • Entrenamiento en relajación: respiración diafragmática lenta y relajación muscular progresiva.
  • Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas, normalmente de forma imaginaria: La exposición en un primer momento activa el miedo presente en los recuerdos traumáticos, después permite al paciente tener una experiencia correctora en ausencia de consecuencias aversivas.
  • Técnicas cognitivas: reestructuración interpretaciones catastróficas, control pensamientos automáticos,manejo de la culpabilidad, sobreestimación de la probabilidad de ocurrencia de un hecho negativo. Para favorecer estos cambios es frecuente utilizar ejercicios extructurados,"experiementos conductuales", cuestionamiento de hipótesis mediante "diálogo socrático" o contrastes con la evidencia, etc.
  • Optimización de los apoyos sociales y afectivos. Comunicación de los hechos y vivencias traumáticas
  • Desarrollo de habilidades de afrontamiento para situaciones específicas. Poner el acento en lo que se quiere que pase, más que en evitar lo que no se desea que ocurra, en una situación dada- Grupos y o materiales de autoayuda, como complemento de la terapia.
Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el tratamiento del estrés postraumático. Se ha de tener en cuenta no obstante, que estos trastornos pueden venir asociados a otros problemas, que requieren también un abordaje, en el contexto de un tratamiento integrado y convenientemente articulado. El tratamiento, en rigor, no lo es del estrés postraumático , sino de la persona que lo padece, en ralación, naturalmente, con la demanda que efectúa.
Los tratamientos suelen desarrollarse individualmente, aunque en algunos en ocasiones, en función del caso y del momento,puede estar indicada la terapia grupal. La duración de los tratamientos oscila normalmente entre seis meses y un año, si bien en algunos casos pueden ser más largos, dado que algunos casos se cronifican.
Los manifestaciones de estrés postraumático suelen aprecer varias semanas después de la ocurrencia de los hechos desencadenantes. Diversos estudios indican que si, en ese periodo previo, los afectados reciben asistencia, se reduce drásticamente la posibilidad de desarrollar el trastorno.

Algunas referencias bibliográficas sobre tratamientos del estrés postraumático:
  • Astin,M.C.y Resick, V.E. (1997): Tratamiento cognitivo- conductual del tratorno de estrés postraraumático. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos
  • Shapiro F. (1995): Eye movement desensitization and reprocessing: Basic Principles, protocols and procedures. New York: Guillford Press.
  • Bobes, J.; Bousoño, M.; Calcedo,A y Gonzélez,M.P. (2000). Trastorno de estres postraumático.Barcelona: Masson.
  • Foa, E. Keane,T. y Friedman,M. (2003).Tratamiento del estrés Postraumático. Barcelona: Ariel. 
  • Shapiro F. (1995): Eye movement desensitization and reprocessing: Basic Principles, protocols and procedures. New York: Guillford Press.
  • Stahl,S.M.(1998).Psicofarmacología esencial. Barcelona: Ariel.

    Estrés postraumático: Diagnostico diferencial


    El diagnóstico diferencial sirve para hacer una correcta valoración de una enfermedad con respecto a otras parecidas, con las que pudiera confundirse o solaparse. Es una valoración clínica que corresponde exclusivamente a los especialistas, en ningún caso a los pacientes. En muchos casos requiere de pruebas y exploraciones complementarias que han de solicitarse a los servicios médicos pertinentes en cada caso.
    El diagnóstico diferencial del Trastorno por Estrés Postraumático ha de hacerse respecto a:
    • TRASTORNO ADAPTATIVO: se usa este diagnóstico cuando se dan los mismos síntomas que en el trastorno por estrés postraumático pero no son debidos a un muy grave acontecimiento. También cuando dándose un grave acontecimiento, no ocurre el cuadro de síntomas típico del TEP. 
    • SÍNTOMAS DE EVITACIÓN, EMBOTAMIENTO AFECTIVO Y AUMENTO DE LA ACTIVACIÓN PREVIOS AL ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO: se deben a otros trastornos ya presentes antes del suceso estresante.
    • APARICIÓN DE OTROS TRASTORNOS MENTALES POR LA EXPOSICIÓN AL ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO: entonces se reunirían los criterios para trastornos como el trastorno psicótico breve, el trastorno de conversión, el trastorno depresivo mayor u otros. No obstante, si también se cumplen los criterios para el TEP se harían ambos diagnósticos.
    • TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO: el cuadro de síntomas aparece y desaparece en las 4 semanas siguientes al suceso traumático. Si persiste más de un mes y se dan los síntomas característicos del TEP, el diagnóstico será el de TEP.
    • TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO: también hay pensamientos intrusos y recurrentes, pero son reconocidos como inapropiados y no se relacionan con ningún acontecimiento traumático.
    • ILUSIONES, ALUCINACIONES Y OTRAS ALTERACIONES PERCEPTIVAS EN OTROS TRASTORNOS MENTALES: dichos trastornos mentales serían la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, el delirium, trastornos relacionados con sustancias y trastornos psicóticos por enfermedad médica.
    • SIMULACIÓN: se fingen los síntomas para obtener beneficios materiales, laborales, legales o de otro tipo.
    Referencias
    • First,M; Frances, A.; Pincus H.A. (1999). DSM-IV: Manual de diagnóstico diferencial. Barcelona. Ed. Masson
    • First,M; Frances, A.; Pincus H.A. (2002). DSM-IV: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona. Ed. Masson
    • Talbott,J.A.;Hales,R.E. y Yudofsky,S.C.(1989): Tratado de Psiquiatría. Barcelona: Áncora.

      Estrés postraumático: Criterios diagnósticos según las clasificaciones internacionales


      Para efectuar el diagnóstico de Trastorno de Estrés Postraumático (TEP), los especialistas se basan en los criterios diagnósticos del DSM-IV o del CIE-10, dos clasificaciones de las enfermedades consensuadas por especialistas de diferentes nacionalidades y reconocido prestigio.
      Recuerde, no obstante, que usted no puede, ni debe, auto-diagnosticarse. Sólo un profesional de la salud experto está en condiciones de hacerlo con rigor y fiabilidad. Cuando una persona está preocupada por su salud o normalidad suele identificarse con síntomas o enfermedades que no tiene, o confundirlos con otras posibles.

      CRITERIOS DEL DSM-IV PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEP) . Fuente AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION

      A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido 1 y 2:
      1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás
      2. la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados
      B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas:
      1. recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma
      2. sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible
      3. el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico
      4. malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
      5. respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
      C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
      1. esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
      2. esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma
      3. incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
      4. reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas
      5. sensación de desapego o enajenación frente a los demás
      6. restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor)
      7. sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal)
      D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
      1. dificultades para conciliar o mantener el sueño
      2. irritabilidad o ataques de ira
      3. dificultades para concentrarse
      4. hipervigilancia
      5. respuestas exageradas de sobresalto
      E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.

      F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

      Especificar si:
      • Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses
      • Crónico: si los síntomas duran 3 meses o más.
      Especificar si:
      • De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas han pasado como mínimo 6 meses.

      CRITERIOS DEL CIE-10 PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO Fuente: ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

      Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el mundo (por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una violación o de otro crimen).
      Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o antecedentes de enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores predisponentes y hacer que descienda el umbral para la aparición del síndrome o para agravar su curso, pero estos factores no son necesarios ni suficientes para explicar la aparición del mismo.
      Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son: episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de "entumecimiento" y embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma. 
      En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la vez.
      Por lo general, hay un estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, un incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas se acompañan de ansiedad y de depresión y no son raras las ideaciones suicidas. El consumo excesivo de sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor agravante.
      El comienzo sigue al trauma con un período de latencia cuya duración varía desde unas pocas semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses). El curso es fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los casos. En una pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener durante muchos años un curso crónico y evolución hacia una transformación persistente de la personalidad.

      Pautas para el diagnóstico
      Este trastorno no debe ser diagnosticado a menos que no esté totalmente claro que ha aparecido dentro de los seis meses posteriores a un hecho traumático de excepcional intensidad. Un diagnostico "probable" podría aún ser posible si el lapso entre el hecho y el comienzo de los síntomas es mayor de seis meses, con tal de que las manifestaciones clínicas sean típicas y no sea verosímil ningún otro diagnóstico alternativo (por ejemplo, trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o episodio depresivo). Además del trauma, deben estar presentes evocaciones o representaciones del acontecimiento en forma de recuerdos o imágenes durante la vigilia o de ensueños reiterados. También suelen estar presentes, pero no son esenciales para el diagnóstico, desapego emocional claro, con embotamiento afectivo y la evitación de estímulos que podrían reavivar el recuerdo del trauma. Los síntomas vegetativos, los trastornos del estado de ánimo y el comportamiento anormal contribuyen también al diagnóstico, pero no son de importancia capital para el mismo.

      Estrés postraumático: Una presentación del problema


      "...Fui violada a los 25 años. Durante mucho tiempo hablé de esa violación a un nivel intelectual, como si fuera algo que le hubiera pasado a otra persona. Yo sabía muy bien que me había pasado a mí, pero sencillamente no tenia esa sensación. Durante un tiempo me saqué el bulto de encima... 
      ...Posteriormente, empecé a tener recuerdos retrospectivos. Me llegaban como un golpe de agua. Estaba aterrorizada. Repentinamente comencé a revivir la violación. Cada momento era sobrecogedor. Sentía que mi cabeza se movía un poco, sacudiéndose, pero eso no era verdad. Me sofocaba o se me secaba la boca y mi respiración cambiaba. Estaba como suspendida. No sentía el cojín sobre el cual estaba sentada o que mi brazo estaba tocando un mueble. Parecía estar dentro de una burbuja como si flotara. Era de dar miedo... " 

      El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es una condición debilitante que sigue a un evento de terror. Frecuentemente, las personas que sufren de TEPT tienen persistentemente recuerdos y pensamientos espantosos de su experiencia y se sienten emocionalmente paralizadas, especialmente respecto de personas que antes estuvieron cerca de ella. El TEPT, conocido antes como sobresalto por proyectil o fatiga de batalla debido a que se diagnosticó iniacialmente a veteranos de guerra, puede ser el resultado de diversos incidentes traumáticos: rapto, graves accidentes como choques de automóviles o de trenes, desastres naturales como inundaciones o temblores, ataques violentos tales como asaltos, violaciones o tortura, etc. El evento que desata este trastorno puede ser algo que amenace la vida de esa persona o la vida de alguien cercano a ella. O bien, puede ser algo que vio, como por ejemplo la destrucción en masa después de la caída de un aeroplano. 
      Cualquiera que sea la razón del problema, algunas personas con TEPT vuelven a vivir repetidamente el trauma en forma de pesadillas y recuerdos inquietantes durante el día. Pueden también experimentar problemas de sueño, depresión, sensación de indiferencia o de entumecimiento o se sobresaltan fácilmente. Pueden perder el interés en cosas que antes les causaban alegría y les cuesta trabajo sentir afecto. Es posible que se sientan irritables, más agresivas que antes o hasta violentas. Ver cosas que les recuerdan el incidente puede ser molesto, lo que podría hacerles evitar ciertos lugares o situaciones que les traigan a la mente esas memorias. Los aniversarios de lo que sucedió frecuentemente son muy difíciles. 
      Sucesos ordinarios pueden servir de recordatorios del trauma y ocasionar recuerdos inquietantes o imágenes intrusas. 
      El TEP puede presentarse en cualquier edad, incluyendo la niñez. El trastorno puede venir acompañado de depresión, de abuso de substancias químicas o de ansiedad. Los síntomas pueden ser ligeros o graves; las personas pueden irritarse fácilmente o tener violentos arranques de cólera o de mal humor. En casos severos, los afectados pueden tener dificultad para trabajar o para relacionarse. En general, los síntomas pueden ser peores si el evento que los ocasiona fue obra de una persona, como en el caso de violación, en comparación con hechos de origen natural como es una inundación. 
      Un recuerdo retrospectivo puede hacer que la persona pierda contacto con la realidad y vuelva a vivir el evento durante un período de unos segundos o por horas o, muy raramente, por días. Una persona que tiene recuerdos retrospectivos, que pueden presentarse en forma de imágenes, sonidos, olores o sensaciones, generalmente cree que el evento traumático está volviendo a repetirse. 
      No todas las personas traumatizadas sufren un verdadero caso de TEPT o incluso algunas no lo experimentan en absoluto. Se diagnostica TEPt únicamente si los síntomas duran más de un mes. En aquellas personas que tienen TEPT, los síntomas generalmente comienzan tres meses después del trauma y el curso de la enfermedad es variable. Hay quienes se recuperan dentro de los siguientes 6 meses; a otros, los síntomas les duran mucho más tiempo. Algunos casos pueden cronificarse. Ocasionalmente, la enfermedad no se detecta hasta varios años después del evento traumático. 
      Los medicamentos antidepresivos y los que se recetan para aminorar la ansiedad, pueden disminuir los síntomas de la depresión y los problemas de sueño; y la psicoterapia, incluyendo la terapia Cognitivo-conductual, forman parte integral del tratamiento. En ocasiones el exponerse a lo que el trauma recuerda, como parte de la terapia, por ejemplo, regresar a la escena de una violación, puede ayudar. Además, el apoyo de los familiares y amistades puede agilizar la recuperación. 

      (Esta información sobre Estrés Postraumático procede del National Institute of Mental Health)

      Referencias para saber más:
      • Bobes, J.; Bousoño, M.; Calcedo,A y Gonzélez,M.P. (2000). Trastorno de estres postraumático.Barcelona: Masson
      • Astin,M.C.y Resick, V.E. (1997): Tratamiento cognitivo- conductual del tratorno de estrés postraraumático. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos.

      Trastorno por Estrés Postraumático TEPT



      El cuadro clínico catalogado según criterios de DSM IV que más se suele dar cuando las fases criticas de los desastres ya empiezan a ser superadas es el del Estres Postraumático que vamos a desarrollar en sucesivas entradas.

      Las consecuencias en la psique tras el terremoto



      Video emitido por una televisión peruana sobre las consecuencias psico-sociales que experimentan las personas tras un terremoto. Hay que destacar la evolución temporal y por fases que se hace por parte de los especialistas y en especial ante el temor que se experimente en este tipo de fenómenos por la posibilidad de que los temblores vuelvan a producirse. Tambien hacen una evaluación muy buena sobre los flash-backs que se experimentan cuando se desarrolla el Estres Postraumático.

      jueves, 2 de diciembre de 2010

      Psicológia de Catástrofes, un recuerdo muy especial........

      Estimados Compañeros, amigos, y visitantes a este blog, hace relativamente poco tiempo que llevo estudiando psicologia, y todavía hoy me preguntó porque he querido coger esta carrera, en el fondo, creo que quizás lo sepa, o por lo menos lo intuyo. Esto que a continuación podreis leer, no es la opinión de nada, ni pretende serlo, tampoco quiero entrar a opinar sobre nada, solo es mi experiencia personal, algo que quizás para muchos sea una sosada, con todos los respetos, y quizás para otros, pues no. 
      Sea como fuere, aquí os lo dejo, y espero que cuando menos, sirva para ejemplo de algo.....sea bueno o medio bueno, o como querais nominarlo. Es solo una de las tantas y tantas experiencias vividas como personal sanitario o lo que comúnmente llamamos, "Técnico en Ambulancias", o quizás muchos en la zona norte, lo conocemos como A.T.A 

      Hoy hablando el tema con un compañero de estudios, con el que además estoy aprendiendo bastante, ha salido el tema de la psicología de catastrofes, y me han venido de golpe muchisimos recuerdos, (se que superados, aunque no olvidados), Tren de Huarte Araquil, (Año 1997,31 de marzo), Inundaciones de Camping de Biescas, estos dos los más importantes para mi, puesto que son los que más grabados tengo, al haberlos presenciado en mis propias carnes; recientemente, me ha tocado vivir el desgraciado incendio que hubo de grandes dimensiones en mi comunidad autónoma este verano, y en este caso concreto, a nivel particular, sin palabras también; como digo a los anteriores los atendí médicamente ambos.....no voy a entrar a especificar detalles de ninguno, primero por respeto, y segundo, porque os aseguro, que pudiera herir sensibilidades, que no vendrían a cuento, tampoco voy a opinar el por que, de este tipo de sucesos, solo quiero transmitir experiencias vividas, en este caso pues imaginaros en que condiciones. Solo os diré, que corría el año 97 cuando ocurrió lo del tren, y en mi caso, con un hijo de escasos meses de edad, la verdad, no me arrepiento de tomar la decisión de dejar a mi hijo con mi familia, y acudir mi entonces pareja y yo junto con otras personas,atender aquel desgraciado y fatídico accidente, os puedo asegurar que jamás lo olvidaré; fue la primera vez, que siendo voluntaria, me plantee abandonar ese proyecto que había iniciado(voluntariado en las ambulancias), me costó muchisimo, y fue la primera vez, que nos tuvieron que brindar ayuda psicológica detrás de toda aquella actuación médica; como digo era marzo, y un año después todavía seguía sin superarlo; en mi caso, creo y solo creo, que fui un poco fuerte, o medio fuerte, y decidí que si la vida y el destino, me quería poner a prueba con aquellas situaciones, como las que me había tocado vivir, quizás no era por casualidad, y quizás "alguien"quería que yo viviera y aprendiera con todo aquello. No fue fácil, por que cada minuto, cada instante, cada momento que posteriormente me montaba en la ambulancia después, era un recuerdo a todo aquello que había vivido en el pueblo de Huarte Araquil. Siempre he dicho, que podemos presumir en mi tierra de tener la sanidad que tenemos, y el dispositivo de emergencias que a nivel de 112 disponemos, recuerdo, como nos organizaron; en mi caso concreto, he de deciros, que vivo justo en la otra punta de mi comunidad autónoma de dónde ocurrieron los hechos, pero da igual, aquello se organizó a las mil maravillas; en nuestro caso concreto, digamos que subíamos con la ambulancia de sur a norte de la comunidad, pues bien! en cada esquina, en cada cruce, cada peaje de la autopista, en cada rincón teníamos una patrulla bien de Guardia Civil, de Policía Foral, abriendonos paso, para que nada ni nadie nos parara; todavía se me pone los pelos de punta al recordar todo aquel dispositivo, a la hora de escribir esto, teníamos como digo al 112, llamandonos a la ambulancia cada 2 minutos para asegurarse que conocíamos exactamente la zona por la que ibamos, y que no nos habíamos equivocado, si teníamos algún problema, o si necesitabamos algo, para pasar la capital navarra, recuerdo, que a la entrada, teníamos la misma situación que anteriormente mencionada, y una vez atravesamos la capital navarra, nos cogieron varias patrullas de Policía Foral, que nos escoltaron hasta el lugar de los hechos..... increíble, más bien diria yo impresionante, sin palabras.......por hoy lo dejo aquí, se me corta un poco la respiración al recordar todo aquello, lo siento querido lector, querido compañero, por hoy lo dejo aquí.

      31 de marzo
      La tragedia de Huarte Araquil
      El lunes de Pascua de 1997 se produjo el accidente más grave de la historia reciente de la Comunidad foral. El Intercity "Miguel de Unamuno", que completaba el recorrido de Barcelona a Irún, entró a mayor velocidad de la debida a la estación de Huarte Araquil. El tren descarriló cerca del apeadero. Dos vagones volcaron y otro quedó cruzado en la vía. En total, 18 pasajeros, entre ellos seis navarros, murieron. Otros 40 viajeros fueron hospitalizados y más de un centenar recibieron atenciones médicas junto al tren caído.

      Por respeto solo pongo esto, quiero conservar la privacidad del articulo que todavía guardo, de uno de los muchos periódicos de ente provincial......

      Un beso muy grande y un fuerte abrazo, para el pueblo de Huarte Araquil, y sobre todo, para las personas afectadas en aquel fatídico suceso.


      Hoy es día 1 de diciembre, sigo pensando en el tema.......

      Han pasado ya varios años de todo aquello, pero mi recuerdo sigue ahi, quizás nunca lo he aflorado como tal, ni he hablado del tema en profundidad, pero si guardo un profundo respeto, y un gran cariño por todas aquellas personas, que jamás nunca se vuelvan a cruzar en mi camino, pero que ya forman parte de mi vida.
      Recuerdo, como una vez llegados a la localidad de Huarte Araquil, y previa vista mínima anterior en nuestros domicilio en tv de los hechos,que acaban de ocurrir, pensé y sigo pensando, que no tenia nada absolutamente nada que ver, vivir unos hechos en tv a presenciarlos en directo.....
      Tengo el recuerdo, como los heridos que podían medio caminar, se te acercaban, y en sus pensamientos de personas recién afectadas por acabar de vivir una tragedia, solo tenían una pregunta:" ¿POR QUÉ?",, quizás nunca lleguen a saber a ciencia cierta esa respuesta, pero si se, que en aquellos primeros momentos, solo saber que nosotros estábamos ahí, solo con escucharlos, cuando los dejabas en el lugar que los superiores tuyos te decían, bien fuera un hospital, con familiares que llegaban, etc, solo tenían una palabra en su boca...."GRACIAS", que sentimientos, que mezcla de sensaciones.......la peor parte para mi, dentro de la situación real que me tocó presenciar,y sin quitar nada al resto, fue sin duda, la reubicación de esas personas, que ya eran exitus, y poco se podia hacer ya por ellas, o nada......aquello si que fue dantesco, jamás lo olvidaré, fue una parte, que supongo que por motivos de nervios y estrés que no exteriorizábamos muchos de los que allí nos encontrabamos, quizás se pudieron vivir momentos de tensión emocional, que en algún momento nos pudieron impedir trabajar como todos hubiéramos querido, y no lo digo, por esas personas que habían tenido esa desgracia del suceso, sino entre los propios medios que alli nos encontrábamos, y que igual en algun momento dado todos queriamos hacer nuestro trabajo sin entender la postura del otro, (aquí, prefiero no dar más detalles), pero si tengo muy claro, que para nosotros, (los sanitarios), lo primordial y vital era, quitar de allí lo antes posible, tanto y tanto dolor. Y evitar más sufrimiento para el pueblo de Huarte Araquil, y todos los allí presentes.
      Fue como digo, una parte muy dura, el triaje de esas personas, y todo lo que con ello conlleva, pero una vez más tengo que volver a decir, que me siento orgullosa, de la organización sanitaria del 112 de mi comunidad, y eso hizo que no se viera más de lo que ya se hubiera podido presenciar en los primeros momentos.
      Cuando acabé de aquella Urgencia, y nos despedimos de nuestros compañeros de las otras comunidades autónomas que también habían acudido allí, he de deciros, que lo pasé francamente mal.Reconozco que soy una persona, que no me gusta hablar absolutamente nada de lo que haya vivido o presenciado (entre otras cosas, por el secreto profesional, el cual llevo a rajatabla), ni con mis propios compañeros, pero aquella situación, me metió en el más absoluto de los mutismos, recuerdo, que de regreso a nuestra zona de servicios, paramos a tomar un café, y los compañeros se debieron de asustar, por que no hablaba nada, absolutamente nada, y me costó muchisimo exteriorizar todo aquello, yo veía que me había afectado muchisimo, pero no era capaz de pedir ayuda. Cada momento posterior, que realizaba una guardia, era un recuerdo, un pensamiento, y llegó un momento, que si que comencé a hablar algo el tema con mis compañeros de servicio más íntimos; ellos fueron, los que comenzaron a decirme que tenia que comenzar a pensar que no estaba bien, que no era la misma, y que si seguía así, no podria continuar efectuando aquellas labores que tanto me "gustaban hacer". Me recomendaron coger la ayuda psicológica que nuestra asociación nos ofreció a los que vivíamos la misma situación, la verdad lo pensé, y fue la primera vez, que también barajé la posibilidad, de abandono de servicio, pero algo dentro de mi me decía que debía continuar........y mi mejor terapia fue hacer urgencias con mi mejor amigo y compañero, cada vez que a él lo llamaban de repente.
      Hoy tengo que decir, que si que me costó, pero fue mi mejor terapia, y se lo agradezco enormemente, no fui a esa ayuda que nos prestaba la asociación, aunque quizás hubiera tenido que ir.....puede ser, pero mi mejor terapia fue como digo, esa motivación por atender una nueva urgencia, y hacerlo con mi mejor compañero y amigo.
      Recuerdo, que las primeras veces, me decía, tu sabes, tu puedes, hazlo, no esperes que yo te diga nada........ y gracias a Dios lo hice.

      Os diré, que las primeras urgencias después de todo aquello, fueron:
      • También nos tocó presenciar y atender otras urgencias del tipo de aquella, como fue Biescas.
      • Unos jóvenes que cayeron al rio en un coche del cual no pudieron salir salvo una de ellas(todos vecinos míos), y fue otro momento muy pero que muy delicado en mi etapa como técnico de ambulancias. Y quizás, es otra de las experiencias, que tampoco haya exteriorizado nunca. Este si que fue, dolor entre los dolores, en todos los sentidos....... y otro momento que practicamente toqué fondo........
      • Montarme en la ambulancia un sábado a las 4 de la mañana a cubrir una urgencia, y bajarme el domingo a las 6 de la tarde, urgencia tras urgencia, a cada cual más grave, entre ellas un intento de "autoilisis", por suerte, sin llegar a término.
      • Infartos varios(con nuevos exitus, otros de mejor término).
      • Accidentes varios en carretera
      • Cornadas de encierros (tan típicos en mi tierra), aquí me satisface pensar y sin ánimo de ser o pretender ser, más que nadie, como digo me satisface pensar lo que siempre me dijo un facultativo en una de esas cornadas:" No sabes ni tu lo que has hecho, si sigue vivo, es gracias a ti"......no daba crédito a lo que me decía, y es que esa persona, llevaba una cornada exactamente igual a la del malogrado Paquirri pero cruzada, y directamente le metí el puño sin pensarmelo, para lograr hacerle un torniquete, mientras trasladabamos a 5oo mts que estaba entonces el citado facultativo.
      • La más grata que recuerdo, y que como dato anecdótico os contaré, que trajimos al mundo a un hermoso bebé, que su querida madre dijo:
      "Creo que no llego.-..... " y efectivamente no llegó, nació en la ambulancia. Cuando llegamos al hospital, recuerdo que lo primero que nos preguntaron por la emisora de comunicación, que si eramos tios, y fue muy contundente la respuesta, eramos tios..y bien que tios.....conductor y tecnico, allí no había nadie más aparte claro esta de la madre, y el recién llegado al mundo.Durante largos meses, llevamos el primer chupete en la ambulancia colgado. Un beso desde aquí.

      *Hoy casi 14 años después de todo aquello, sigo recordando a todas aquellas personas, y sigo queriendolas cada minuto de mi vida, cada momento, y nunca las olvidaré. Y al pueblo de Huarte Araquil, guardo un magnifico recuerdo, y un abrazo, y mi más sinceras felicitaciones, por la valentía y tesón, con la que afrontó toda aquella tragedia.
      Esta es, como digo, una de mis tantas experiencias vividas en la ambulancia....no me satisface tener que contarlo, pero me enorgullezco de poder ser una de esas personas, que de alguna manera, contribuyeron con su granito de arena, a que todo aquel dolor, en la medida que se pudo, no fuera tanto.

      Este es mi primer escrito aquí, con lo que si algo no es correcto, ya podéis perdonar, me esta costando muchisimo escribir todo aquello, pero he querido compartirlo con vosotros........

      Un abrazo.

      Isabella1971

      miércoles, 1 de diciembre de 2010

      El estrés


      Un documento muy breve y esquematico sobre el estrés nos ha parecido de gran utilidad no tanto porque no lo conozcáis pues lo habéis estudiado muchas veces sino como recurso de fácil manejo y difusión para la preparación sobre el tema de personal no especializado.

      Apoyo psicosocial en situaciones de emergencia


      Esta presentación es de gran interes por varios sentidos. En principio porque tiene un documento de audio embebido en el que nos habla una especialista en psiquiatria mexicana la Doctora Martha Ontiveros. Otra es que se trata de un documento generado para tratar la crisis por la gripe que sufrió Mexico y por lo tanto tiene en cuenta una situación de emergencia que no se suele tener muy en cuenta cuando se habla de este tema como es el de las epidemias contagiosas.


      Guía práctica de salud mental en situaciones de catástrofe


      Se trata de una guia practica sobre salud mental en situaciones de catastrofe de la Organización Panamericana de la Salud bastante bien estructurada y muy extensa. Puede ser un documento de gran utilidad para conocer aspectos muy importantes sobre el tema como:
      • Principales problemas psicosociales en situaciones de catástrofe.
      • Análisis de daños y situaciones de salud mental en situaciones de catástrofe.
      • Pautas para su atención.
      • Manejo de grupos en situaciones de catástrofe.
      • Atención especifica a la infancia y a la adolescencia.
      • Primera ayuda psicológica.
      • Protección de la salud mental de los equipos de respuesta.
      • La salud mental y el desplazamiento forzado.
      • La comunicación social en el manejo de las situaciones de catástrofe.

        Primeros auxilios psicológicos


        Un muy breve manual con algunos principios muy básicos pero de obligado conocimiento para todos los que tengan que intervenir desde el plano psicológico ante catastrofes, desastres y acontecimientos de fuerte estrés vital.

        martes, 30 de noviembre de 2010

        El día después de mañana

        "Psicología y desastres: Aspectos psicosociales"

        Intervención psicológica inmediata en catástrofes


        Por: Ángel Antonio Marcuello García publicado originalmente en:


        INTRODUCCIÓN.

        La sociedad actual se encuentra muy sensibilizada por el impacto de las catástrofes. La seguridad de los países más desarrollados se ha visto reiteradamente cuestionada por trágicos acontecimientos, especialmente por la violencia terrorista. Acontecimientos tales como el atentado del 11 de septiembre del año 2001 sobre las Torres Gemelas de Nueva York, del 11 de marzo de 2004 en Madrid, o del 7 de Julio de 2005 en Londres han conmocionado la opinión mundial. Por otro lado, en España, cabe también mencionar otro tipo de desastres, los accidentes aéreos del YAK-42 en mayo de 2003, en el que murieron 62 militares y el accidente de helicóptero de las Fuerzas Armadas del pasado agosto de 2005 con 17 militares fallecidos.
        Ante situaciones de este tipo, no podemos eliminar el dolor que un familiar siente por un ser querido que ha fallecido, pero podemos acompañarlo y ayudarle a atravesar esos momentos amargos, podemos hacerle comprender lo que le está ocurriendo y, sobre todo, escucharlo. No podemos evitar las escenas de dolor, ni las manifestaciones de rabia o indignación, pero podemos canalizarlas y amortiguarlas. El objetivo de este artículo es informar sobre las actividades de intervención psicológica en situaciones de catástrofe.

        CRISIS, EMERGENCIA, DESASTRE Y CATÁSTROFE.

        Son conceptos que se utilizan de forma indistinta (así ocurre en este artículo) y que comparten ciertas similitudes. Entre ellas el que implican la pérdida o amenaza de la vida o de la propiedad, además de perturbar el sentido de la comunidad y provocar consecuencias adversas para los supervivientes. Por otro lado, precisan de una intervención no demorable (son urgencias). También comparten el que frente a ellas aparecen reacciones psicológicas similares, el que son imprevisibles y accidentales y, por ello, causan sorpresa, indefensión y desestabilización. A pesar de todas estas similitudes, también existen diferencias de tipo cuantitativo:
        Emergencia sería la situación que se resuelve con los recursos médicos y asistenciales locales. Ejemplos de emergencias las encontramos en las continuas intervenciones de los servicios sanitarios que cubren accidentes de tráfico.
        Más grave es la situación de desastre (sin entrar en los tipos que existen) para los que se necesita una mayor infraestructura y en el que se dan un mayor número de heridos, damnificados y conlleva un mayor coste económico, suponiendo una alarma para la población.
        Finalmente se habla de catástrofe refiriéndose a un desastre masivo, con consecuencias destructivas que abarca una mayor extensión, supone un gran esfuerzo humano, material y de coordinación. Las catástrofes, con sus secuelas de horror y sufrimiento, provocan alarma social y suscitan la necesidad de una intervención para remediar, en lo posible, los daños producidos. La intervención, en una situación de catástrofe, requiere un detenido proceso de preparación. Son necesarios equipos (de carácter multidisciplinar), convenientemente formados y entrenados para intervenir en cualquier situación.
        Sin embargo, estas diferencias son muy arbitrarias y atienden sobre todo a aspectos económicos y organizativos.

        PLANIFICACIÓN GENERAL DE LA INTERVENCIÓN.

        En primer lugar, se debe planificar el marco general del contexto en el que se realiza la intervención. La planificación deberá reunir una serie de requisitos:
        1. Ser flexible para poder adaptarse diferencialmente a cada situación. No hay dos catástrofes idénticas.
        2. Incluir una perspectiva evolutiva o temporal. La situación de catástrofe es un proceso dinámico que evoluciona en el tiempo, a veces de forma muy rápida e imprevista. Las medidas de intervención que pueden servir para los primeros momentos pueden no ser útiles, e incluso perjudiciales, en fases posteriores.
        Sobre estos principios básicos, el proceso de planificación debe intentar responder a una serie de cuestiones generales como las que se exponen a continuación:
        1. ¿A quién debe ir dirigida la intervención?. Es decir, la población necesitada de atención psicológica.
        2. ¿Quién debe realizar las diferentes intervenciones?. Profesionales y equipos que deben realizar las diferentes intervenciones.
        3. ¿Cuando y dónde se debe intervenir?. Lugar y momento más adecuado para cada tipo de intervención.
        4. ¿Objetivos de la intervención?. Deben señalarse objetivos, a corto, medio y largo plazo, que deben ser cubiertos por las distintas intervenciones.
        5. ¿Qué principios debe seguir la intervención?. Es decir, que requisitos debe cumplir.
        6. ¿Con qué medios se cuenta?. La planificación del proceso dé intervención debe adaptarse a los medios o recursos (personales y materiales) con que se cuenta, así como a las posibilidades de actuación.
        LA POBLACIÓN NECESITADA DE ATENCIÓN.

        En principio, cualquier persona involucrada en una catástrofe, incluidos los equipos de socorro y los dirigentes, puede resultar psicológicamente afectada. Nadie es totalmente inmune, por principio, a los efectos de la catástrofe. La mayoría de los involucrados experimentan, en mayor o menor medida, emociones penosas (miedo, temor, inseguridad, incertidumbre, preocupación, pena, dolor, etc.), que son reacciones normalmente esperables en una situación anormal (excepcional) como la catástrofe. Van a precisar una intervención psicológica más específica:
        1. Personas que han sufrido lesiones físicas de consideración o que sin haber sufrido lesiones físicas de importancia hallan resultado psicológicamente muy afectadas por el acontecimiento catastrófico. Precisarán un tratamiento para el alivio de sus síntomas actuales y la prevención de secuelas posteriores.
        2. Sujetos que necesitan ayuda psicológica para afrontar las dolorosas perdidas sufridas: personas, (compañeros, familiares, amigos... ), materiales (domicilio, enseres), sociales (trabajo, rol social).
        3. Intervinientes en los equipos de salvamento (sanitarios, bomberos, psicólogos, cuerpos de seguridad...). Todo el personal que interviene en una catástrofe, desde los servicios de rescate, los voluntarios y los propios miembros del equipo psicosocial se ve sometido a un fuerte impacto psicológico, por lo cual es importante que estas personas reciban también el apoyo psicológico que necesiten a través de técnicas grupales que favorezcan la ventilación emocional y faciliten estrategias de afrontamiento de situaciones críticas (debriefing).
        EQUIPOS DE INTERVENCIÓN.

        Ante un desastre, como intervención psicosocial, dada la diversidad de necesidades que surgen y que pueden tener un efecto importante en el malestar psicológico (necesidades básicas, de seguridad, de información, de apoyo psicológico...) se plantea una actuación multidisciplinar, es decir, configurar un equipo formado por psicólogos, trabajadores sociales, personal sanitario y otros que pudieran ser necesarios más puntualmente, como por ejemplo, representantes religiosos, traductores, etc. La actuación en este campo requiere un equipo de profesionales diversificado según los distintos niveles de intervención.
        1. Tras el impacto, en el lugar de la catástrofe, los equipos de socorro pueden realizar una importante labor psicológica proporcionando seguridad física, un reconocimiento que permite descartar lesiones físicas graves, abrigo, alimentación, información (de su situación y la de los suyos), orientación, tranquilización y apoyo.
        2. En una etapa posterior, ya en condiciones de seguridad, lejos de la amenaza real de la catástrofe, una proporción variable de afectados presenta alteraciones psíquicas o el riesgo de desarrollarlas posteriormente. Este grupo es tributario de una intervención salud mental mas especializada que debe realizar un equipó de profesionales, preferiblemente interdisciplinario, incluyendo los diferentes especialistas en el campo de la salud mental (médicos, psicólogos, psiquiatras, enfermeros, trabajadores sociales...), convenientemente formados, entrenados y que formen un equipo consistente con amplia disponibilidad para actuar en diferentes situaciones de emergencia.
        LUGAR Y TIEMPO DE LA INTERVENCIÓN.

        Las primeras medidas deben realizarse lo más precozmente posible y en el lugar seguro más próximo a la zona de la catástrofe. Se pretende recuperar el mayor número posible de afectados en el menor tiempo posible. La situación excepcional creada tras la catástrofe exige medidas también excepcionales. Se debe intentar lograr que estos sujetos, potencialmente recuperables, se reintegren y ocupen lo antes posible. Se emplean medidas elementales y sencillas como:
        • Asegurarles unas condiciones mínimas de reposo.
        • Ofrecerles hidratación y alimentación.
        • Proporcionarles la información adecuada sobre lo que deben y no deben hacer.
        • Tranquilizarles, permitirles la liberación de sus emociones.
        • Concienciarlos para que se mantengan activos y ocupados.
        Todo ello debe hacerse fomentando las expectativas de la recuperación del sujeto, asegurándole que el dolor que experimenta es una reacción normal transitoria y recuperable ante la grave situación vivida. Se deben evitar las etiquetas psiquiátricas utilizando un lenguaje adecuado a la capacidad de comprensión del sujeto.
        En una etapa posterior, los equipos, de apoyo psicológico prestarán atención a los individuos evacuados por severas alteraciones psicopatológicas y a las poblaciones de alto riesgo, para prevé la aparición de secuelas postraumáticas ulteriores.

        OBJETIVOS.

        La planificación de una intervención asistencial se debe marcar unos objetivos a corto, medio y largo plazo, estos últimos asimilables por otros equipos asistenciales.
        A corto plazo: próximo en el tiempo y lugar al acontecimiento catastrófico, se pretende aliviar el sufrimiento de sujeto y acelerar el proceso natural de recuperación tras e impacto doloroso de un evento traumático.
        A medio plazo: el interés primordial se centra en la prevención de secuelas psíquicas retardadas y de la evolución hacia un trastorno de estrés postraumático.
        En síntesis, la intervención psicológica en las catástrofes está orientada a mitigar o aliviar el sufrimiento psicológico de los afectados y a prevenir el agravamiento de los síntomas, desarrollando acciones que eviten su cronificación.

        PRINCIPIOS DE LA INTERVENCIÓN.

        La intervención debería cumplir los requisitos de inmediatez, proximidad, simplicidad y expectativa de una pronta recuperación. La experiencia de las organizaciones militares ha destacado la importancia de estas medidas, que constituyen la versión abreviada del tratamiento de Salomón de la "reacción al estrés del combate" (Salomón, 1944) denominadas:
        1. Proximidad: la atención psicológica debe realizarse en los escenarios próximos a la catástrofe (tanatorio, hospitales etc.), para evitar patologizar la situación, trasladando a los afectados a un hospital, centro de salud mental, etc.
        2. Inmediatez: cuanto antes se intervenga menor posibilidades hay de que se desarrollen psicopatologías futuras, como el Trastorno por Estrés Postraumático.
        3. Expectativas: Es importante transmitir información positiva al afectado sobre su capacidad de afrontar la situación, e insistir en la idea de que está sufriendo reacciones normales ante situaciones anormales (Acontecimiento Traumático).
        4. Es indispensable también transmitir expectativas positivas sobre un rápido retorno a su rol o función anterior al evento, potenciando así su autoestima y sus estrategias de afrontamiento.
        5. Simplicidad. Utilización de técnicas sencillas y breves. El tratamiento deberá, generalmente, ser breve en el tiempo y no durar más de cuatro a siete días. La utilización de un ambiente estructurado y medidas simples como alojamiento seguro, ropas limpias, bebida, comida, descanso, ocupaciones sencillas supervisadas, junto a la posibilidad de hablar de su experiencia en un grupo que le comprenda es suficiente para acelerar la recuperación del sujeto afectado.
        INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA. FUNCIONES Y TAREAS.

        En función del tipo de población afectada podemos hablar de
        1. Intervención psicológica con afectados y familiares: apoyo psicológico, potenciar el apoyo social y la capacidad de afrontamiento.
        2. Intervención psicológica con los grupos de intervención: asesoramiento sobre medidas de autoprotección (turnos, descansos, ventilación emocional).
        INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA CON AFECTADOS/FAMILIARES.
        Son actuaciones que van orientadas a los siguientes objetivos:
        a) Tranquilizar al sujeto. Explicándole el significado y alcance de sus síntomas, sobre todo haciéndole ver que se trata de una reacción transitoria a la situación vivida. Asimismo, debemos hacerle ver que todas estas reacciones son normales e inevitables en una situación como esta y que no debe intentar buscar explicaciones lógicas a lo ocurrido. Puede ayudar alguna técnica sencilla de relajación. Si la ansiedad es intolerable para el paciente o crea una situación de riesgo (personal o para el grupo) puede recurrirse a la administración de un fármaco tranquilizante, como se comenta más adelante. En el caso de tratarse de un superviviente de una catástrofe, se debe tranquilizar, proporcionando a los sujetos la seguridad de que se encuentran a salvo y físicamente indemnes.
        b) Favorecer la liberación de la tensión emocional provocada por la catástrofe. Se debe favorecer esta liberación, permitiendo que el sujeto hable y exprese sus emociones (crisis de llanto, descargas de agresividad verbal). Es necesaria una escucha empática, sin pronunciar juicios de valor, ayudando a ventilar y desahogar las emociones contenidas. Ello puede contribuir a disminuir el riesgo de aparición de secuelas postraumáticas.
        c) Activar recursos externos al sujeto (apoyo social, laboral y familiar). El apoyo social es un factor importante para reducir el impacto de un acontecimiento traumático. El apoyo social puede ser prestado tanto por los compañeros, otros afectados o bien por los familiares. Las personas del entorno que han sido afectadas por la misma situación traumática se encuentran en la mejor situación para comprender a los afectados, a veces su apoyo y consejo resulta determinante para la resolución de la crisis. En general las actitudes que se recomiendan a los familiares o amigos del sujeto afectado consisten en medidas sencillas como:
        • Evitar que se sienta solo: acompañarle, pasar tiempo con él, prestarle atención.
        • Escucharle y tranquilizarle sobre sus miedos irracionales, asegurándole que se encuentra a salvo y sobre todo permitirle el desahogo emocional, como la liberación del llanto o de la rabia contenidos.
        • Es necesario también facilitarle el descanso, ayudándoles en las tareas y responsabilidades diarias.
        • Respetar su silencio e intimidad. Cada persona tiende a elaborar las situaciones según su personal forma de ser y puede necesitar intimidad y silencio. Estas actitudes deben ser comprendidas y aceptadas por el entorno.
        e) Activar los recursos internos del sujeto (estrategias de afrontamiento). El sujeto afectado debe volver a su rutina cotidiana e intentar organizar sus actividades para los días posteriores al atentado o accidente. Para ello debe seguir estas indicaciones:
        • Ponerse pequeñas metas. Tomar pequeñas decisiones cotidianas.
        • Enfrentarse lo antes posible a lugares y situaciones que le recuerden lo que ha pasado.
        • Es posible que existan dificultades para concentrarse en el trabajo. Es aconsejable hablar con jefes y compañeros sobre lo ocurrido para que lo puedan entender.
        • Intentar descansar y dormir lo suficiente (en situaciones como esta es necesario dormir más de lo habitual).
        APOYO PSICOLÓGICO A LOS TÉCNICOS EN SALVAMENTO (SANITARIOS, BOMBEROS, SOLDADOS, PSICÓLOGOS, TRABAJADORES SOCIALES, CUERPOS DE SEGURIDAD...).
        Durante la labor de rescate de los técnicos habrá que estar atentos a las manifestaciones de estrés. Cuando detectemos a algún profesional que está sufriendo esta reacción, debemos seguir la siguiente secuencia:
        1. Apartar al técnico afectado del lugar de trabajo hasta un lugar sin estímulos agresivos.
        2. Preguntarle por su estado.
        3. Realizar una escucha activa.
        4. Asegurarse que su estado es normal para la situación por la que pasa.
        5. Proporcionarle apoyo, elogiar su esfuerzo.
        6. Proporcionarle un descanso (1/2 hora) o cambiarle de tarea si se estima aconsejable.
        Una vez acabado el turno o finalizado el salvamento o rescate, debemos propiciar un encuentro distendido del grupo de trabajo (técnica de desahogo psicológico o debriefing) en el que se aliente a los participantes a:
        • Narrar los hechos vividos.
        • Hablar sobre los sentimientos experimentados.
        • Informarle sobre los síntomas que puede estar experimentando o que puede llegar a sufrir en los próximos días.
        • Darles indicaciones de cómo actuar sobre estos síntomas.
        BIBLIOGRAFIA
        • Elena Puertas López . Revista de Protección Civil. nº5. 2000
        • Intervención psicológica en desastres bélicos. José Manuel Montero Guerra. Papeles del Psicólogo. Septiembre , nº 68 , 1997
        • Intervención psicológica en las catástrofes. José I. Robles y José L. Medina. Ed. Síntesis.
        • Intervención psicológica en situaciones de emergencia y desastres. Gobierno Vasco.
        • Isabel Vera. Revista de Protección Civil. nº8. 2001
        • Luz Gutierrez Gutiérrez. Revista de Protección Civil. nº1. 2000
        • Manual práctico de apoyo Psicológico en situaciones de emergencia. Juan M. Fernández Millán. Ed. Grupo Editorial Universitario
        • Primeros auxilios psicológicos. Cruz Roja Española.
        • Psicología para después de una crisis. Manuel Trujillo. Ed. Aguilar.

          Mensaje de Bienvenida a este nuevo blog

          El motivo que hace que nos decidamos a publicar este nuevo blog es sobre todo unas conversaciones sobre el tema de la intervención psicológica en catástrofes que hemos estado teniendo dos compañeros de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia UNED sobre nuestras experiencias y vivencias relacionadas con el tema.
          La intervención psicológica relacionada con las catástrofes es uno de los temas que más interés nos han causado desde siempre por el gran impacto social que representan. Accidentes de trenes, atentados terroristas, accidentes aeronáuticos, terremotos, tsunamis e inundaciones son fenómenos que ejercen una gran repercusión en las personas que los han experimentado personalmente o en relación a las personas que tienen más cercanas.
          Este tipo de intervención esta experimentando cada día más una gran expansión, podemos decir que estos son los momentos en los que posiblemente sea más necesario la intervención de un psicólogo como profesional que trabaja para alguno de los servicios que intervienen o como voluntario. Tambien es cuando mejor resultado y más necesidad hay de que los conocimientos aplicados de la practica psicológica sean utilizados por las personas que van a intervenir.
          Ademas de las personas directamente afectadas el personal que ha de intervenir en catástrofes sufre frecuentemente de problemas psicológicos entre los que el más habitual es sin duda alguna el estrés postraumatico, la intervención psicológica en catástrofes tiene un durante y un después, no debemos olvidarlo.
          Una de las dudas que hemos tenido cuando nos hemos planteado que es lo que queremos hacer con este blog es si de deben de incluir como catástrofes las experiencias de la guerra y del combate tanto en población civil como los militares y fuerzas que intervienen directamente. Nos parece que si que se deberían incluir, pero que conste que este blog no es en ningún caso un blog sobre psicología de la guerra.